Uno va a trabajar todos los días y no se da cuenta de que está rodeado de gente interesante. Pero en la fiesta de fin de año, los compañeros se revelan en todo su esplendor y aprenden mucho unos de otros. El tímido ingeniero resulta ser un bromista y un animador, la callada enfermera baila alegremente en el escenario, y el director general se da cuenta de que no parece caerle bien a nadie en el equipo.

En Genial.guru, nos encantan las historias sobre fiestas de empresas en las que la gente no solo se divierte, sino que también crea recuerdos para todo el año.

• Ese era mi primer trabajo. Fui con mi marido a la fiesta de Navidad en la elegante casa del jefe. Decidí llevar a mi esposo porque todos iban en pareja y mis colegas llevaban mucho tiempo queriendo conocerlo. Todo iba perfectamente, era una fiesta preciosa. De repente, se oyó un ruido en el patio. Resultó que mi marido había tropezado y enredado con el mantel y volcó la mesa del bufé. Parecía un enorme burrito. Lo desenredé y lo llevé a casa avergonzado. En la oficina, nunca se habló de ello, pero estoy segura de que el incidente se discutió toda la noche cuando nos fuimos. © Sharon Ann McAuliffe / Quora
• Somos poca gente en la empresa, solo 15 personas, así que la fiesta tuvo lugar en la casa del jefe. Dos vendedoras trajeron a sus novios, una de ellas lo había conocido apenas media hora antes. Los chicos discutieron y armaron una pelea delante de todo el mundo. Rompieron la mesa de billar de nuestro jefe y arruinaron todas las alfombras. Todo el mundo gritaba, y mi esposa y yo estábamos sentados en un rincón, comiendo nachos y disfrutando del espectáculo. © smoffatt34920 / Reddit
• Soy filóloga de formación y trabajo como editora de textos principalmente en empresas técnicas u organizaciones científicas. En mi último trabajo, en cada fiesta corporativa de los últimos 3 años me preguntaban: “¿Se pone el acento o no se pone el acento? ¿Y cómo se dice correctamente? ¿Por qué se pone tal terminación?”. Incluso me alegraba cuando terminaba el concurso y empezaba el baile. © Galina Sozontova / Facebook
• Fiesta de empresa, paintball. El director general y los otros altos cargos jugaron con nosotros. Según las reglas, el que fuese alcanzado tenía que ir a la posición inicial y solo entonces volver a entrar al juego. A continuación, cito al director general: “Me dispararon, así que levanté la mano y me dirigí al inicio. De repente, sentí un disparo en la espalda, pero no le presté atención pensando que el disparo de alguien había llegado a mí por accidente. Y luego otro. Y otro. Y otro. De todos modos, por alguna razón, tuve la sensación de que no les caigo bien mucho a algunos de los empleados”. © Skaz04nik / Pikabu

• Una amiga mía me contó una historia. Ella trabajaba para una empresa de leasing muy grande y la dirección decidió organizar una fiesta para los empleados. Llevaron a todo el mundo al campo: natación, actividades de formación de equipos, incluso paintball. Pero los directivos no participaron en ello. Se organizó un banquete separado para ellos en la terraza con vistas al campo de batalla. Tenían bebidas y comida un poco diferentes, no como para los empleados corrientes. También “jugaron” al paintball desde allí. © Kaa1980 / Pikabu
• Solía trabajar en el campo de la informática. A la empresa le gustaba derrochar en las fiestas de Navidad: una comida de varios platos y una lujosa habitación de hotel para ti y tu pareja. El problema era que la comida, aunque tenía muy buena pinta, siempre estaba fría porque el hotel no estaba acostumbrado a servir a cientos de personas a la vez. Y también tenías que participar en aburridas actuaciones con tus compañeros del departamento financiero, que no hacían más que presumir de su riqueza. © ExcessiveGravitas / Reddit
• Fui a mi primera fiesta de Navidad. Todo empezó muy bien: gané un iPad en un sorteo. Pero la noche no terminó bien: dejé mi teléfono en un taxi. Así que tuve que vender mi nuevo iPad para comprar un nuevo teléfono móvil. © americaisascam / Reddit
• La mejor fiesta de Navidad de la oficina fue en el año 2000. Acababa de entrar a la empresa, así que no me preocupaba demasiado el hecho de no reconocer a todos. En un momento dado, el colega con el que habíamos llegado se acercó a mí con cara de preocupación y me dijo: “Esta no es nuestra empresa”. Corrimos a la recepción y explicamos que nos habíamos equivocado de equipo. La recepcionista nos dirigió al lugar correcto, que resultó estar situado más a la derecha. Finalmente, llegamos con los nuestros, pero para entonces todos habían empezado a irse a casa. © David Mull / Quora