Cómo pasar unas buenas vacaciones compartidas con pareja y familia

Ya llegó el verano y afortunadamente mucha gente nos encontramos en vacaciones, o cerca de disfrutarlas, por lo tanto se produce una situación que no es habitual en muchas ocasiones, que es la de tener que pasar un tiempo extra al cotidiano con nuestra pareja, familia o amigos, es decir, vacaciones compartidas, lo que puede ser un sueño idílico o transformarse en la peor de las pesadillas.

Las vacaciones son un periodo de tiempo excepcional (lamentablemente creo yo), y como tal, pueden ser un factor de estrés al cual hay que saber adaptarse.

Se trata de una situación diferente a la normal del día a día, y en la que compartimos espacios distintos a los habituales y también compartimos tiempo con personas de nuestro entorno familiar, que pueden tener rutinas diferentes a las nuestras, o a las que se presentan cada día.

Por lo tanto pueden surgir problemas si no gestionamos adecuadamente esas vacaciones compartidas.

Los niños pueden ser el mayor motivo de alegrías, pero también de quebraderos de cabeza, ya que tendemos a olvidarnos que tienen ritmos diferentes a nosotros los adultos, por lo que van a tener más ritmo de actividad.

Además les gusta hacer cosas y planes diferentes a nosotros, básicamente quieren jugar y no pasarse el día sentados en una toalla o viendo monumentos caminando por la ciudad, así que teniendo en cuenta ésto, es más fácil que se tengan en cuenta a la hora de organizar actividades, que puedan ser también lúdicas e interesantes para los niños.

La familia cercana suele ser una fuente enorme de bienestar pero también de conflictos, ya sea porque es tu familia o bien si es la familia de tu pareja.

La posibilidad de que las costumbres sean distintas a las nuestras y el hecho de compartir un espacio que no sueles compartir, puede generar problemas si no se va con una predisposición adecuada para la convivencia y de nuevo se trata de negociar y consensúar las actividades y tareas comunes.